lunes, 17 de julio de 2006

[F1] Gran Premio de Francia (Magny Cours)

Lo visto en la travesía norteamericana no ha sido un espejismo en absoluto. Podemos echarle la culpa a Bridgestone, al motor, al chasis, incluso a las tuercas que mantienen ensamblado todo el todo el conjunto, pero lo que es cierto es que Ferrari está arriba, que Michael Schumacher va a luchar por el título hasta la última vuelta del campeonato y que nos espera una segunda mitad de temporada que sin duda va a ir de menos a más.

El ya pasado Gran Premio de Francia de Formula 1 nos ha dejado una carrera un tanto insípida, sin demasiada acción en pista (al menos durante los 5 primeros puestos) en la que solo se ha podido ver algo tímidamente activo durante el transcurso de las paradas en boxes, sobre todo para ver qué tal funcionaban las estrategias en los mismos. Tanto Renault (a dos paradas) como Ferrari (tres paradas) sabían lo que hacían en cada momento. Intentar parar a un Kaiser incombustible era una utopía en casa de la escudería del rombo, y es que después de la salida y con el devenir de los giros al circuito galo quedaba claro que -esta vez sí- las gomas hacían un muy buen trabajo. Ha sido un Gran Premio de estrenos, mientras los de Maranello estrenaban paquete aerodinámico, Renault hacía lo mismo con el motor, una nueva evolución de motor que, ahora sí, ponía en igualdad de condiciones a Fernando y a Jarno. Dejaremos atrás los comentarios acerca de los cuernos-apéndices que sin mucho orgullo mostraban los chicos de BMW, y es que parece que hace falta una nueva limpieza del reglamento que elimine esos tipos de cuernos que no hacen más que destrozar el rostro de los pobres monoplazas como ya ocurrió en el ’98 (para más información os remito al artículo publicado en F1 Racing Junio 2006 nº 88 páginas 42-46 en la que nos muestran los orígenes de varios avances en la fisionomía moderna de los Formula 1). Por su parte los Toyota han estado anormalmente fuertes en la presente carrera con un Ralf-hermanísimo Schumacher que debe estar bastante contento con su cuarto puesto, y es que de nuevo se pone en relieve que con el calorcito, los Bridgestone funcionan mejor.

Y la gran promesa del fin de semana, Pedro Martínez de la Rosa, ha logrado un meritorio séptimo puesto en una carrera que seguramente disfrutó el piloto catalán en donde de nuevo se las vio y las deseó para poder adelantar a Webber. Una de cal y otra de arena. Lo mejor de su carrera, los continuos ataques a Mark y lo peor sin duda las lamentables primeras palabras que el piloto barcelonés dedicó al australiano al tacharlo de ‘fullero’ al no dejar que lo adelante. Estimado Pedro, su diplomacia vista en relieve tantísimas veces durante estos años (le recuerdo que lo sigo desde que era probador con Jordan y que jamás olvidaré el spot que terminaba con la frase “Pedro Martínez de la Rosa y Repsol juntos en la competición más exigente... la Formula Uno”) ha brillado por su ausencia en esta ocasión. Espero y deseo que esa declaración haya sido en el tono lo más jocoso posible ya que personalmente no he observado ninguna maniobra de Webber en la que pueda adjudicársele esos adjetivos. Simplemente estaba intentando mantener su plaza lo mejor posible, quizá, en frio, desee matizar sus términos.

Dos puntos menos que recorta el alemán al asturiano en la tabla general del Campeonato reduciendo la distancia entre ambos a tan solo 17 puntos. Algo que sin duda va a enriquecer las próximas carreras, saboreando aún más cada victoria, apurando cada curva al máximo, consiguiendo rendir siempre al 100% y... quién sabe... quizá veamos en Brasil un desenlace como los de la era Schumacher – Hakkinen. Solo en un par de semanas, en Alemania, la casa de Mercedes, continuaremos con este particular culebrón.

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