domingo, 14 de mayo de 2006

[F1] Gran Premio de España (Montmeló)

De nuevo, el gran circo vuelve a terreno hispano. Los precedentes nos hacían augurar una carrera emocionante que nos haría vibrar por saber si un hombre enfundado en un mono rojo o en uno azul y amarillo volverían a descorchar el champán en lo más alto del cajón. Pero de nuevo la carrera ha sido de todo menos disputada. El circuito catalán con sus adelantamientos imposibles ha hecho que veamos de nuevo cómo no son los pilotos los que a veces ganan -o pierden- las carreras, sino que una pieza fundamental de todo ello son los señores que, al otro lado del muro y enfundados con inmensos auriculares, son los que deciden el devenir de la prueba.

Poca acción se ha visto en pista en el Gran Premio que hoy nos ocupa, quizá por la absoluta regularidad de la mayoría de los pilotos y sus mecánicas. Solo después del primer repostaje podía intuirse que había una mínima oportunidad de cambiar el color del vencedor de la carrera, aunque finalmente no fuera así.

No estamos ante un espejismo por ninguno de los dos lados. Por uno, Ferrari vuelve a estar arriba incondicionalmente. Incluso con las altas temperaturas del asfalto, el monoplaza rojiblanco ha podido mantenerse en una digna segunda plaza. Y por otro, volvemos a ver casi una radiografía de lo ocurrido el año pasado con Fernando Alonso al no bajarse del podio en ninguna carrera de las disputadas, e ir sumando poco a poco los puntos necesarios para alzarse de nuevo con el título de campeón del mundo de Formula Uno.

Por contra, las flechas de plata parecen hundirse paulatinamente en el hoyo que comenzaron a excabar a mediados del mes de abril, siendo ya 17 los puntos que los separan de Ferrari y 36 los de Renault en el campeonato de constructores. Mucho tienen que cambiar las tornas para que a la escudería anglo-germana se le tema por el paddock.

El punto emocionante de este Gran Premio lo ha puesto de nuevo el público asistente. Un público entregado al campeón del mundo que, a pesar de ser multitudinario, no han protagonizado ni el más mínimo incidente.

¿La próxima cita? Dentro de dos semanas en el circuito clásico entre los clásicos, el Gran Premio de Mónaco en Montecarlo. Glamour, velocidad y muchas vallas protectoras nos esperan allí.

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